La Unión Europea (UE) ha decidido dar el pequeño paso de revisar el Acuerdo de Asociación con Israel, que sirve como guía para las relaciones comerciales y la cooperación política, debido al genocidio que está desarrollando sobre la población palestina. Esta decisión se ha tomado con el apoyo de 17 países del total de 27, lo que supera el 60% mínimo requerido para llegar a este escenario, pero no garantiza alcanzar ninguna represalia final. Para suprimir el tratado se requeriría una unanimidad casi imposible debido a la genuflexión de algunos países ante el Estado genocida.

Alemania comanda el grupo prosionista de países que reniegan de cuestionar siquiera la matanza de más de 60.000 civiles palestinos, un tercio de ellos niños. Gobiernos de extrema derecha como el del húngaro Viktor Orbán o la italiana Giorgia Meloni también se encuentran en el cuestionable grupo que completan Bulgaria, Grecia, Chipre, República Checa, Croacia y Lituania. El grupo de los equidistantes que optó por la abstención está compuesto exclusivamente por Letonia. Del otro lado, España comanda al conjunto de países que ha votado a favor de analizar el acuerdo con Israel.

Irlanda, Países Bajos, Eslovenia y Luxemburgo, países habituales en esta causa, están acompañados también de Francia, que recientemente ha advertido de la posible suspensión de los acuerdos comerciales, Bélgica, Finlandia, Portugal, Suecia, Austria, Malta, Dinamarca, Estonia, Polonia, Rumanía y Eslovaquia. Sobre la mesa, el artículo 2 del Acuerdo de Asociación: “Las relaciones entre las partes (UE-Israel), así como todas las disposiciones del propio Acuerdo, se basarán en el respeto a los derechos humanos y a los principios democráticos, que orientan su política interna e internacional y constituyen un elemento esencial del presente Acuerdo”.

Estos 17 países se han alineado con los civiles inocentes después de que a Bruselas llegase la carta de España en la que se recogía que "es evidente que la situación se ha deteriorado notablemente”, introduce la misiva, recalcando que los últimos movimientos de Israel incurren “incluso en una serie de cuestiones en las que la UE expresó su clara preocupación”. “Por lo tanto, ha llegado el momento de dar un verdadero sentido al artículo 2 del Acuerdo de Asociación UE-Israel con medidas concretas y significativas", cierra.

La vulneración de los derechos humanos y la comisión de crímenes de guerra es más que evidente, razón por la que la Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto contra Benjamín Netanyahu. Sin embargo, Bruselas suele reaccionar con contundencia y rapidez solo frente a países con menor peso internacional, como hizo suspendiendo el Acuerdo de Asociación con Siria en 2011 por reprimir de forma violenta unas protestas o con Bielorrusia al considerar unas elecciones fraudulentas; o contra Rusia y China, rivales del bloque otanista con los que no duda en romper relaciones comerciales ante cualquier conflicto.

Consecuencias de la ruptura del acuerdo

La ruptura total del Acuerdo de Asociación es impensable, debido a la unanimidad que se requiere para ello. No obstante, si que podrían suspenderse determinados acuerdos comerciales, para lo que se requiere el apoyo de 15 de los 27 Estados, cifra que ya se ha superado para la solicitud de la revisión del Acuerdo de Asociación. Esta posible ruptura, la interposición de sanciones económicas al país y a su oligarquía económica, la expulsión de foros internacionales o el aislamiento de eventos culturales y deportivos de carácter mundial, como sucedió con Rusia, podría hacer mucho daño a Israel.

La Unión Europea es el principal socio comercial de Estado genocida, que desplegó el 32% de sus operaciones comerciales durante el curso anterior con países de los Veintisiete. En lo que se refiere al intercambio de mercancías, casi el 35% de las importaciones israelís proceden de la Unión, a la que exporta el 28,8% de sus productos. En sentido contrario, para la UE Israel apenas tiene peso y ocupa el puesto 31 de socios comerciales, agrupando únicamente el 0,8% del conjunto del comercio internacional comunitario.