A partir del 20 de junio de 2025, entra en vigor un nuevo reglamento europeo que busca transformar la industria de los teléfonos móviles y tabletas en clave de sostenibilidad. La Comisión Europea ha aprobado un conjunto de normas de ecodiseño y etiquetado energético con el objetivo de alargar la vida útil de los dispositivos, facilitar su reparación y reducir su impacto ambiental.

Se obligará a que los dispositivos duren siete años

Entre las principales novedades destaca la obligación de los fabricantes de garantizar durante al menos siete años la disponibilidad de piezas clave como baterías, pantallas o conectores. Además, los servicios técnicos profesionales tendrán acceso a manuales completos, esquemas y códigos de error para realizar reparaciones más precisas. También se requerirá que los dispositivos reciban actualizaciones de seguridad y funcionalidad sin coste adicional durante al menos cinco años.

Las novedades para las baterías

Las baterías son uno de los elementos centrales de esta nueva normativa. Todos los móviles deberán conservar, tras 500 ciclos de carga, al menos el 83 % de su capacidad original. En caso de que no cumplan estándares superiores de durabilidad, deberán permitir su reemplazo por parte del usuario sin herramientas especiales. Para los modelos con baterías no extraíbles, se exigirá una protección mínima contra el polvo y el agua equivalente a IP67.

Requisitos de resistencia física

También se fijan requisitos de resistencia física: los móviles deberán resistir al menos 45 caídas en condiciones controladas, mientras que los modelos plegables tendrán que soportar hasta 50 caídas combinadas. Además, todos los dispositivos deberán contar con una protección básica contra el polvo y salpicaduras de agua.

La inclusión de una etiqueta energética

Otra novedad relevante será la introducción de una etiqueta energética obligatoria. Similar a la que ya se utiliza en electrodomésticos, esta etiqueta ofrecerá información detallada sobre la autonomía de la batería, su durabilidad, la facilidad de reparación, la resistencia a caídas y la protección frente al agua y al polvo. También incluirá un código QR con acceso a datos ampliados del producto en el Registro Europeo de Productos (EPREL).

Beneficios de esta medida

Estas medidas responden a los problemas más habituales que enfrentan los usuarios. Según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), las averías más frecuentes en los móviles —como fallos en la batería, pantallas rotas o conectores dañados— suelen surgir pasados los dos primeros años de uso, cuando termina la garantía legal. La nueva normativa busca reducir estos casos y facilitar que los dispositivos puedan seguir utilizándose durante más tiempo.

El efecto sobre algunos modelos

Por tanto, si se está valorando la compra de un nuevo teléfono móvil, es importante tener en cuenta no solo la fecha de entrada en vigor del reglamento, sino también la fecha de lanzamiento del modelo. Algunos dispositivos presentados antes del 20 de junio de 2025, como el Samsung Galaxy S25 o el Xiaomi 15 Ultra, no están sujetos a estas nuevas exigencias. En cambio, modelos lanzados posteriormente, como el OnePlus Nord 5 o el Galaxy Z Fold 7, sí deben cumplir con todos los requisitos establecidos. Esto puede suponer una diferencia significativa en términos de durabilidad, coste de mantenimiento y sostenibilidad a largo plazo.

Con esta regulación, la Unión Europea refuerza su apuesta por una economía más circular y menos dependiente del consumo constante de nuevos productos electrónicos.

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